Fecha: 22 de noviembre de 2008
Antares sigue haciendo historia
Pasaban poco las cinco de la tarde cuando los primeros coches llegaban a la capital de la astronomía. Monovolúmenes, utilitarios... todo vale por asistir a M22. El viento soplaba con fuerza pero en nuestros corazones la esperanza era grande; Mordor así lo dictaba. Con las primeras luces de la noche desplegamos la tupida red de telescopios con sus lentes brillantes, y pronto comenzó la observación. Mientras los ávidos asistentes trataban en vano de memorizar el ensamblaje del Gran Reflector, algunos avanzados escapaban sus miradas hacia los últimos destellos de júpiter y las estrellas del ocaso.
La nebulosa del anillo brillaba firme en su camino al descanso invernal, al tiempo que el festival de galaxias daba comienzo: la enorme Andrómeda parecía tratar de acongojar a la distante M77, a 70 millones de años luz de indiferencia. El núcleo labrado del Escultor anunciaba el inminente dominio de Orión, cuya nebulosa comenzaba ya a perfilarse en los telescopios más pequeños. Otros antiguos compañeros como M81 y M82 rindieron su primera visita en una observación que acabó a hora temprana. Resultado: +1000 puntos de experiencia para el equipo.
A continuación se recogieron los pertrechos, que más tarde se enviaron con nuestro astroabogado hacia el alma de la noche. No lejos de allí, las agallas de Mordor ardían en el oscuro bosque, dejando un rastro de emanaciones alcohólicas que tardaría tiempo en disiparse; el trabajo había concluído.
Poco tiempo después amanecía en Madridejos. Con ciertas dosis de paciencia y habilidad, conseguimos disponer equipajes y personas en nuestros coches y raundos partimos de vuelta a nuestras vidas. En nuestros corazones, reflejos y experiencias que habrían de perdurar por mucho tiempo.
Caerá la noche en Madridejos
Nota: La última foto es de madrid :)